martes, julio 19, 2005

Campamento II: Las duchas


No es por despotricar demasiado sobre los campamentos de verano, pero son pequeños campos de concentración. Supongo que preparan a los niños para el día de mañana, cuando una sociedad capitalista y aburguesada en un sistema de valores caduco les gaste una putada detrás de otra a lo largo de una vida que se encontraran perlada de frustraciones. Pero como a esa edad no se puede ser sutil con los crios para que lo comprendan mejor esta es la formula: mandémoslos bien lejos, con una panda de cafres que les harán la vida imposible, un catering que te hace conocer un nuevo concepto de “asco” y otras experiencias por el estilo. Por ejemplo, en plena Sierra Espuña, con un frío que helaba las piedras quien fue la mente privilegiada que puso las duchas a 100 metros, campo a través, del albergue. Porque sinceramente se me ocurren mejores maneras para acabar con nuestra vida, y ninguna incluye la hipotermia. Pero en fin, allá que íbamos como corderos llevados al matadero. Además, ¿para que demonios las llaman duchas comunes mixtas? Eso decía el letrero pero nada de nada, discriminación por motivos de sexo una vez mas: chicos a un lado, chicas a otro. Solo un muro de separación entre el reino de las nínficas bellezas y el puñado de puercos peludos que eran nuestros compañeros de campamento. En fin, por suerte en aquella época yo aun tenia cierta habilidad y con un alambre, maña y algo de practica podía abrir algunas cerraduras que no diesen mucha complicación. Como la de una ducha privada, supuestamente para monitores. Que maravilla, que placer, una ducha individual con calentador independiente. Pero aun quedaba el regreso. Esta es la imagen... salir del barracón de las duchas y allá, en la lejanía, entre pinos y otros árboles cuyo nombre no me importaba, estaba el albergue. Amenazante, sí, pero con el comedor listo para la cena. En definitiva, una tortura que no le deseo a nadie porque yo soy muy bueno y amo el bien sobre todas las cosas... ejem... Eso fue en definitiva ese campamento, un frío del carajo. Seguramente el único que no paso ese frío fue uno de los monitores al que cazaron jugando a médicos con otra monitora pero eso... es otra historia.

¡¡PAZ!!

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