La JMJ, vaya montaje

Pues sí, Jornada Mundial de la Juventud, JMJ. Una reunión de amiguetes que ha reunido a 1 millón de jóvenes “católicos” en Colonia, Alemania, en torno al tenderete montado por Benedicto XVI (ya lo llaman B-16, tipo cazabombardero). Sin embargo el Papa estuvo bastante comedido, aunque se han comentado algunos detalles que me han llamado la atención. En primer lugar quiero decir que siento ponerme a hablar de religión, no suelo hablar de mis creencias a no ser que se me pregunte, evito dar la tabarra en la medida de lo posible. Pero es imposible quedarse impasible (ays, que cacofonía) ante algunas declaraciones de determinados personajes. Por ejemplo, a muchos jóvenes bien adoctrinados durante las jornadas les ha dado por decir que es importante formarse, estudiar mucho para vivir mejor la fe. Vaya, yo creía que se trataba de tener fe, no de estudiar teología. Pero ahora me vienen confundiendo la gimnasia con la magnesia, cuando San Pablo dejo muy claro (intento citar de memoria): “Ved bien que no han sido llamados a predicar ni sabios ni escribas, versados en las escrituras”, antes al contrario, eran llamados los humildes a predicar un mensaje humilde: amor. Pero podemos seguir, por ejemplo con ese escenario tipo macroconcierto, todos ahí arremolinados y aclamando al Santo Padre. ¿Santo Padre? Creo recordar que Jesús dijo de los sacerdotes de su tiempo: “Gustan de ser llamados padre, pero recordad que solo hay un Padre, el del Cielo”, así que en coherencia con el Evangelio vamos a ir suspendiendo a todos esos señores de negro y púrpura. Otra mas, la púrpura de los “príncipes de la Iglesia”, que era símbolo de la realeza en las antiguas monarquías orientales, mas tarde importado por los emperadores de Roma. Ole, la humildad de mis compadres de la Curia. Sin embargo, nada, hay que obedecer ciegamente aunque se contradigan por completo con todo el evangelio. ¿Celibato sacerdotal? Volvamos a San Pablo: “El hombre que desee ser obispo ha de ser en primer lugar buen marido y padre de familia”. Uy, que lapsus, fíjate tu... En fin, San Pablo vivió hace un puñado de años, ya no va a levantarse de su sepultura y les da lo mismo que se este revolviendo en ella. Para terminar la mejor joya: que la vida del cristiano ha de estar llena de renuncia y sacrificios que le hagan ganarse el cielo. Cuando en realidad todo es muy fácil, amor sin mas: “Misericordia quiero, no sacrificios. Mejor el amor de Dios, y no holocaustos”.

¡¡PAZ!!