miércoles, noviembre 30, 2005

"Humo"


"Las volutas de humo ascienden, se pierden en el techo desconchado, me abandonan. Con ella marchan mis recuerdos, y yo dejo de ser yo, y me hundo en el otro. Al fin aparece. Creía que terminaría dormido, entre murmullos y hedores ajenos, antes de conseguir que el otro aparezca para salvarme de mi desidia. Ya no soy yo, y el humo asciende, y me eleva. Reconozco que no era mi primera opción, de ningún modo. Tiempos hubo en que no me hacía falta... ¡Bendita ignorancia! El amor me elevaba a las alturas, el nirvana era una choza maloliente comparado con el éxtasis que me invadía al pensar en Eliza. Y el humo asciende y parece dibujar su rostro, pero espanto mis fantasmas. Ya soy el otro, me invade el dragón, atrás enemigos del hombre. Soy el otro, no aquel que se encuentra hundido en el catre, no... Ese murió, hace tiempo que murió pero el muy imbecil no se ha dado cuenta. Sigue andando, trabaja, va al club... Y luego se hunde aquí, entre la miseria mas absoluta, se pierde entre volutas. El muy cobarde, que jamás pudo conseguirla, que la dejo escapar... Me necesita, me llama, y cuando aparezco se abandona en cada voluta de humo y empiezo a cansarme. Es hora de irse, de no volver... Sí, soy el otro, no hay duda."

sábado, noviembre 26, 2005

"Sueños"


“Algún día me iré muy lejos. No sabría ahora decir a donde, no tiene presencia material el tejido de mis sueños. En serio, quisiera poder decir aquí o allá, una palabra que nombre un lugar y con ello le confiera existencia. Están ahí, lejos, y nunca los he visto pero sé que existen al menos, porque hay quienes se han molestado en ponerles nombre y eso es algo serio. Yo, lo confieso, no me he tomado la molestia de bautizar mis sueños. Prefiero que sigan siendo esa amalgama intangible de hebras plateadas, que me asalta en las noches tranquilas. Y ahí esta el misterio del cambio, o quizá es que me hago mayor... Simplemente quería que supiera que aun sueño que la quiero, aunque en sueños no me quiera. Puede parecer banal, un amor que se siente en sueños, y sin embargo lo necesito. Porque al despertar en la noche, justo en ese momento en que mis brazos abiertos estaban a punto de asirte para que no te alejaras, las lagrimas que hay en mis ojos me demuestran que hasta un sueño puede despertar con nosotros.”

viernes, noviembre 18, 2005

La tristeza y el Dragón


Hay quienes hacen de la tristeza su medio de vida. Como aquellas plañideras de los pueblos, que acompañaban a muertos ajenos entre rumores de llanto y lamento. La tristeza, como forma de ganarse el sustento. La tristeza, una emoción demasiado compleja. La alegría posiblemente sea mas sencilla, a veces basta precisamente con una simple ausencia de tristeza en nuestra vida. Eso de por si puede hacernos felices, saber que nada empaña nuestro estado de animo. La tristeza sin embargo no es tan inmóvil, tan estática. Tiene su propia dinámica, sus propias leyes de causa efecto. Son totalmente desconocidas, incluso para esos pretendidos eruditos de lo emotivo que se hacen llamar poetas, las causas que desembocan en un bajón de animo que nos lleva a la mas profunda tristeza. Y digo tristeza como estado de animo, no como pena. La pena es individual en sí misma, es un hecho o imagen puntual. La tristeza es mas global, termina velando toda nuestra visión y un día que va estupendamente puede terminar muy mal. La pena es un veneno, uno de esos alcaloides vegetales que con una gota acaban con nuestra vida. La tristeza es una droga, un opiáceo, morfina sentimental. Aquella nos mata, porque nos hace sentirnos miserables y humillados. Ésta en cambio nos deja con vida, instalados sobre almohadones tan cómodos como alejados de toda sensación que no sea ese ir y venir en alas de la melancolía.

“El viejo sabio ascendió por la montaña, se adentró en el cubil del Gran Dragón y formuló su cuestión:

- Gran Dragón, ya soy anciano y apenas puedo ver. Todo cuanto amaba, esposa e hijos, ya murieron. Y ahora al cabo de mi vida, ya ves, he quedado ciego y ni siquiera tengo el consuelo de la belleza de nuestro mundo.

- Anciano, te llamaría necio si no fuera la pena quien pone esas palabras en tus labios. Dime... ¿escuchas algo a tu alrededor?

- Escucho... el rumor del arroyo cantando en su largo viaje hacia el mar, la alegría de un ruiseñor y el tañer lejano de una campana.

- ¿Acaso no merecen mas atención aquellas sensaciones que a tu alrededor se esfuerzan en dar alegría y paz a tu corazón, que aquellas otras ya pasadas que solo te provocan dolor y lamento?”

Lágrimas...

sábado, noviembre 05, 2005

Oceano y vida


Somos unos prepotentes, es así. Intentamos explorar los cielos. La ESA y la NASA dedican unos presupuestos pasmosos, incluso con los recortes que han sufrido, a la exploración del espacio exterior. Un objetivo muy lejano e intangible, dado que las sondas enviadas para conectar con otros planetas habitados aun no han abandonado el sistema solar. Incluso cuando lleguen a otra civilización avanzada, el contenido de dichas sondas no será mas que arqueología porque hará varios miles de millones de años que habremos dejado de existir. Por tanto, ¿a que viene tanto interés por las estrellas?

Sin embargo aquí, en nuestro planeta, las profundidades del océano aun son un misterio para el ser humano. No sabemos realmente que extrañas criaturas moran en los fondos abisales de nuestras fosas. De hecho, la fosa de las Marianas, por poner el ejemplo mas extremo, cuenta con mas de 11000 metros de profundidad. ¿Qué se esconde en aquellas profundidades? En parte conocemos la respuesta: criaturas que han debido desarrollarse sin luz, dispuestos a todo por sobrevivir en un medio decididamente hostil. Sabemos que existen architeutis, calamares gigantes que sirven como alimento a los cachalotes en sus incursiones a mas profundidad. También hemos tenido oportunidad de contemplar el majestuoso baile natatorio del tiburón ballena, una de las criaturas mas impresionantes e inofensivas de nuestros mares. Es el fondo de esos océanos el que esconde el principio de nuestra vida, es la ultima esperanza de nuestra especie evolutivamente estancada.

Deberíamos tomarnos en serio nuestros océanos. Primero fueron nuestra despensa, y ya los hemos esquilmado del todo. Después han sido nuestro patio de recreo. Mas tarde, durante la guerra fría, el campo de batalla de monstruos de acero y titanio como los submarinos Typhoon soviéticos de doble reactor. Y, tristemente, hemos terminado por convertirlo en nuestro vertedero. Pero la naturaleza, que es muy sabia, ha hecho que ese océano nos devuelva el golpe gracias al circulo que supone la cadena alimenticia. Mas vale que nos tomemos muy en serio a esas tres cuartas partes de H2O que cubren la superficie de nuestro planeta. Posiblemente tenga mas respuestas a nuestras preguntas y anhelos que esas estrellas con tanto afan de protagonismo.

martes, noviembre 01, 2005

"Obabá", Capítulo II


Y ya es momento de pasar a las intervenciones estelares de los asistentes al Cine-Forum de la SBU. La película termina y de repente se produce la estampida en masa. Derramo una lagrima, ya que me recuerda a la estampida que mata al padre de Simba, en “El Rey León” (mi teoría es que la Disney se dedica realmente a traumatizar a los niños porque tienen como inversión oculta una farmacéutica especializada en antidepresivos infantiles). En ese momento hace su entrada el señor Armendáriz, destacando sobre el resto por su camisa desfaldonada en vivo color rojo, junto al señor presidente de la Asociación Regional de Debate, o algo parecido. A escasos centímetros tuvimos al posible oscarizable Armendáriz, de hecho pasó rozando a Sometimes... aunque en ese momento estaba intentando, y yo también lo intenté, averiguar de que conocía a un chico sentado junto a una de esas columnas tan discreta del Paraninfo. En fin, todos sentaditos (cuando digo todos me refiero a la mitad del auditorio, mas o menos) y comienza la ronda de preguntas. Creo que casi todos hemos estado en alguna mesa redonda, y ya sabéis el entusiasmo que tiene siempre la gente por preguntar. Las manos se levantaban sin cesar e incluso hubo peleas por dirigir sus preguntas al director. Bueno, es bonito en teoría, la verdad es que o no teníamos interés por nada o éramos una panda de acojonaos incapaces de coger el micro y formular una pregunta inteligente. ¿La prueba? Seguid, seguid leyendo...

En primer lugar intervino el primo de Ibarretxe, un señor orondo con una clava tipo Pedro J. Ramírez en toda la coronilla. El joven estudiante (sospecho que de la UCAM, lo cual ya no augura nada bueno y algún día explicare el por que) de frailuna cabecilla lo primero que hizo es ponerse pesado. Hecho en cara a la organización que la proyección fuera en video en lugar de film y también dijo, cito textualmente, que el color, contraste sonido eran: “francamente patéticos”. Finalmente fue el primero en inaugurar una tendencia que hizo furor esa noche: preguntarle al director por detalles que están en la película porque los ha tomado de los relatos.

La siguiente fue una señora con voz radiofónica, tipo “Hablar por hablar” (Sometimes... dixit) que hizo una pregunta en tono tan bajo (los perros serian los únicos en escucharla, por eso aullaban) que el director tuvo que decir a su compi de mesa: “Em... creo que no... em... vamos, que no me he enterado”. Y claro, explicación traducida del Señor de los Debatillos sobre lo que la buena señora había preguntado. No voy a desgranar aquí cuestiones concretas para no revelar detalles sobre la película, solo contare lo mas sorprendente.

Una de las preguntas mas originales y que al menos satisfizo al director la hizo una chica desde las sombras, en la parte trasera de la sala. ¡¡Una chica rubia!! Entre el carácter de la película, que roza lo onírico, y esa intervención casi increíble yo simplemente alucine. Puede ser que me deje muchísimas cosas en el tintero pero por el momento es lo que hay.